El fruto, comestible, es una baya de 5 hasta 30 cm de longitud de forma cilíndrica, oblonga o alargada en la mayoría de los casos, con una piel lisa, brillante y de colores diversos según la variedad, la más común es la de color morado o negro al madurar, pero existen blanca, púrpura, negra, amarilla y roja o de colores mezclados, sobre todo blanco, negro, morado y verde.

La berenjena se ha cultivado en el sur y el este de Asia desde la prehistoria. El registro escrito más antiguo conocido se encuentra en Qimin Yaoshu, un antiguo tratado agrícola chino publicado en 544.
Las numerosas referencias en textos arabes y la falta de las mismas en Europa nos indican que la berenjena fue introducida por los arabes en la zona del mediterraneo a principios de la Edad Mediamedieval y española. [20]

La berenjena no aparece en Inglaterra hasta el siglo XVI en el que un libro de botánica Inglés en 1597 comenta sobre ella, que en Egipto crece por todas partes.

Es una planta muy exigente en luminosidad, requiere de 10 a 12 horas de luz. Soporta bien las temperaturas elevadas siempre que haya una humedad adecuada y es muy sensible al frío, temperatura mínima biológica (10 a 12 °C) y la máxima (40 a 45 °C), la humedad relativa óptima oscila entre el 50% y el 65%. La semilla para la siembra se extrae de los frutos maduros.

El ciclo de la berenjena suele durar de nueve a diez meses; desde que se planta hasta que se inicia la recolección suele transcurrir 100 a 125 días, según variedades y época del cultivo.

Algunas de las recetas que se elaboran con este producto son la lasaña de berenjenas, berenjenas rebozadas o lasaña de berenjena.

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